Lápiz a su nube, Mariano y Lezama. 2014.
Una entrevista extraordinaria concedida por Mariano, a través de cuyas líneas el pintor resume de un modo anecdótico y coloquial, por momentos incluso jocoso, su experiencia de cuarenta años de singular amistad con José Lezama Lima.
Un vínculo basado no solo en un respeto y admiración mutuos, sino también, en una serie de confluencias conceptuales relacionadas con los destinos de la visa cultural de la nación.
Un puñado de cartas dirigidas por Mariano a Lezama desde Nueva York y La India entre 1944 y 1960, en su mayoría inéditas, y algunos exquisitos juicios críticos que Lezama Lima nos legó acerca de la obra de Mariano, poemas por él dedicados al pintor, así como la historia visual de una colección de arte atesorada por el poeta a lo largo de muchos años.
Son estos valiosos testimonios, justamente, los que se entrelazan para formar el hilo conductor de Lápiz a su nube, un libro cuya cualidad esencial es la de ser narrado por sus propios protagonistas, recreando una especie de diálogo entre estos dos gigantes de la cultura cubana.
Dos ensayos de Luisa Campuzano y Alberto Garrandés, son, respectivamente, el corpus teórico y la esencia poética en que Lápiz a su nube se apoya. Escritores ambos, como Mariano hubiera preferido; prolongación de aquel espíritu que Lezama sustentó, de proximidad y nexo entre todas las artes.
La lectura de Lápiz a su nube resulta aún más atractiva, sin embargo, porque releyendo sus páginas el lector verá dibujarse progresivamente, con nitidez, una época. Se trata de la historia de un entramado de relaciones de reciprocidad, de una suerte de simbiosis, entre intelectuales de muy diferentes ramas, credos, tendencias estéticas y aspiraciones políticas; un proceso que había comenzado a gestarse en las primeras décadas del siglo, pero que tendría su momento culminante precisamente entre 1940 y 1950, alcanzando entonces ecos internacionales. José Lezama Lima y Mariano Rodríguez estarían siempre en el vórtice de semejante alianza. “La pintura se hermanó de ese modo con la poesía” diría Mariano refiriéndose a la fundación de Espuela de Plata; “…modo cubano, maravilla de esa llave nuestra, penetrar por un golpe suave de ternura”, reflexionaría Lezama alguna vez.
Fundación Arte Cubano