Fidelio Ponce de León

En 1934 realiza su primera exposición personal en los salones de la sociedad Lyceum, y al año siguiente su cuadro Las beatas es premiado en el Exposición Nacional de Pintura y Escultura.

 

Esta obra vendría a ser la anunciación de su estilo y universo pictórico, que lo subrayan como un caso excepcional dentro de la vanguardia cubana, tan afecta a la exaltación del color. Contrario al tropicalismo sus personajes emergen de los grandes empastes de blancos de zinc, y la extraña luz de sus óleos diluye objetos y figuras, todo lo vuelve espectral e incorpóreo. La ciencia del color asoma en Ponce, sutil e intuitiva, desde la monocromía.

En 1937 expone en los Salones del Centro de Dependientes, La Habana; participa junto a otros artistas modernos en la realización de un mural en la escuela José Miguel Gómez, La Habana; expone en Delphic Studio, Nueva York.

En 1938 su obra, Los niños, es premiada en la II Exposición Nacional de Pintura y Escultura. Al año siguiente pinta para la Iglesia de la Merced, Los peregrinos de Emaüs.

Participa en la antológica exposición 300 años de arte en Cuba, en 1940 y en una exposición colectiva organizada por la Institución Hispano-Cubana de Cultura, en 1942.

En 1944 participa en la exposición colectiva Modern Cuban Painters, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y un año más tarde en la Colección de Pintura de la Legación de Cuba en Moscú.En 1946 toma parte en varias exposiciones colectivas: Pintura Cubana, Palacio de Bellas Artes de México; 11 Pintores cubanos, Museo de Bellas Artes de la Plata, Buenos Aires; Cuban Modern Paintings in Washington Collections, Washington D.C. A su muerte en 1949 el Lyceum organiza una exposición póstuma y en 1955, al cumplirse el centenario de su nacimiento, el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicaría una gran exposición antológica.